La lactancia suele encontrarse rodeada de muchos mitos, y si bien varios de ellos han ido pasando de generación a generación, arraigándose dentro de ciertas culturas, con el paso del tiempo ha sido posible comprobar que en realidad no cuentan con una base científica, y lo mejor es desterrarlos.
Y es que amamantar se trata de un proceso positivo, tanto para las madres como para los bebés.
No obstante, considerando que existen múltiples mitos sobre la lactancia que suelen causar preocupación en muchas madres, a través de este post queremos desmentirlos para que puedas tener la certeza de que lactancia materna se trata de la mejor alternativa para los más pequeños.
Principales mitos acerca de la lactancia
La lactancia materna cuenta con numerosos beneficios no solo sobre la salud de los bebés, sino también de las madres; sin embargo, aún en la actualidad continúan difundiéndose muchos mitos en torno a este tema.
Existen madres que no son capaces de producir leche suficiente
Resulta casi imposible que alguna madre no pueda producir leche. Ahora bien, del mismo modo que sucede con cualquier otra cría mamífera, los bebés son los que controlan la cantidad de leche que tienen que producir las madres.
Es fundamental respetar la demanda de cada pequeño, lo que significa que hay que permitirles tomar tantas veces como lo necesiten, garantizando una apropiada posición al pecho.
Las madres deben seguir una dieta especial para prevenir cólicos y gases en los bebés
Suele ser común escuchar que las madres no pueden beber refrescos, y/o consumir algunos alimentos (cebollas crujientes, ajo o coles) que no solo podrían alterar el sabor de la leche, sino también generar gases en los pequeños.
En este sentido, debes saber que aunque una cierta alimentación podría influir sobre el color y sabor que tiene la leche materna, lo cierto es que los bebés suelen habituarse fácilmente al consumo de leche con varios sabores, esto incluso podría permitir que se acostumbren a una mayor variedad de alimentos.
Sin embargo, tienes que tener en cuenta que la ingesta de sustancias con cafeína y/o bromocriptina (té, café, chocolates, etc.) aunque no se encuentra contraindicada, lo mejor es consumirlas moderadamente, y evitar hacerlo justo antes de amamantar al bebé.
Existen mujeres que producen leche de mala calidad
Ha sido posible comprobar que incluso las madres que se encuentran desnutridas y en situaciones precarias, pueden producir leche materna de buena calidad.
De manera que sin importar si comes mal y tienes una dieta que no sea realmente equilibrada, puedes tener la certeza de que las células que producen la leche logran extraer los nutrientes precisos para que el bebé reciba todo lo que necesita.
Generalmente, el bajo peso en los pequeños podría estar generado como consecuencia de una insuficiente ingesta de leche materna, o por alguna clase de problema que un pediatra puede determinar y solucionar.
El bebé tiene que vaciar ambos pechos durante cada toma
Lo más recomendable es que los bebés acaben de tomarse primero un pecho antes de pasar al otro, incluso si eso implica que podría rechazar el segundo en alguna toma.
Esto se debe a que la leche que el pequeño consume al final de la toma tiene un alto contenido de grasas (ofrece más calorías), y la misma suele obtenerse poco a poco, a medida que el bebé vacía el pecho.
De modo que al cambiar al pequeño de pecho antes de que logre vaciarlo, únicamente estarás permitiendo que consuma la primera leche, y en consecuencia, no podrá obtener el equilibrio natural que existe entre la primera y la segunda leche, disminuyendo su ingesta de calorías.
Las madres deben beber leche para poder producirla
No existe algún otro mamífero que para lograr producir leche tenga que tomarla. Y si bien suele ser bastante habitual escuchar que las madres tienen que incrementar su ingesta de leche a fin de poder cubrir la demanda de calcio que crece a causa de la lactancia, lo cierto es que basta con seguir una dieta saludable con un buen aporte de verduras, cereales, frutas, y proteínas.
Así, durante la lactancia debes evitar aumentar tu ingesta de lácteos más de lo normal; incluso podrías conseguir el aporte de calcio necesario de otras fuentes que no sean lácteos, por ejemplo, semillas, verduras de hoja verde, pescados, y frutos secos.
Las madres que tienen pechos pequeños producen poca leche
A excepción de que la madre padezca de hipoplasia mamaria, lo cierto es que el tamaño de los pechos no supone ningún tipo de indicador sobre la cantidad de leche que pueden producir. En este sentido, debes considerar que cada madre cuenta con el mejor pecho para alimentar a su bebé.
Otros mitos
Aparte de los anteriores, la lactancia también está rodeada por otros mitos, entre los que se incluyen los siguientes:
- La baja producción de leche es una condición hereditaria.
- Después del primer año de los pequeños, la leche materna deja de alimentarlos.
- Dar pecho a demanda hace que los niños sean dependientes y genera trastornos dentro de las parejas.
- Extraer la leche materna supone una gran manera de conocer cuánta leche posee cada madre.